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miércoles, 1 de julio de 2020

Así lo escribiría yo - Llevar un grupo de personajes




Escritores: seres humanos que tras escribir uno o quizá dos libros, se dedican también a escribir artículos diciendo cómo deben hacerse las cosas. Nunca olvidan largas introducciones de relleno en las que suelen dejar caer algo sobre sus propios trabajos. Supongo que no soy un escritor, porque intento no hacer eso.

Soy fan de las historias en las que hay un grupo de protagonistas o un protagonista con varios secundarios importantes; da igual los términos que quieras utilizar, seguro que sabes a lo que me refiero: historias como "El Señor de los Anillos", "One Piece", "La Banda del Patio"... Hace poco empecé a darme cuenta de que hay diferentes maneras de hacer esto, así que decidí compartir cómo lo hago yo. Después, que cada cual piense si esto le es útil o no.

Pues a mí me gusta que cada personaje tenga un pasado y un objetivo o incluso sueño, así como una vinculación al protagonista y, por supuesto, diferentes interacciones con el resto de compañeros. Lo tengo que decir, pero One Piece me parece el mejor ejemplo de esto; los personajes son además muy originales. Así pues, y aunque no siempre lo consigo, lo admito, intento que cada protagonista tenga un pasado que se desvele tarde o temprano en la historia. No veo necesario que el personaje se presente ante los demás y diga "hola, soy Juanito, un grupo de ladrones dirigido por el envidioso de mi tío mató a mis padres y quiero venganza, porque violó a mi madre mientras yo miraba debajo de la cama, ¿qué tal?". Nah, prefiero jugar con el pasado de cada cual, y a veces desvelar un poco al principio o no, a veces dejarlo para otros momentos, a veces solo insinuarlo o que incluso el personaje mienta. ¿Cómo hablaríamos de nuestro pasado a una persona que acabamos de conocer? Dudo que lo contásemos todo, así que pienso que lo mismo se aplica a las historias, ya sea que el personaje esté hablando o que sea el narrador quien lo cuenta (o lo oculta) todo a los lectores. También se puede presentar a un personaje que es conocido porque le pasó tal o cual cosa, o porque hizo algo horrible años atrás. Esto va a gusto de cada escritor.

Una cosa que no me gusta y que he visto en algunos libros es olvidarse de algunos personajes que están en la compañía. En "Las Crónicas de Belgarath" tuve la sensación de "ah, ¿pero ese tipo estaba ahí?" en más de una ocasión. Había uno o dos personajes de los que podían olvidarse durante un capítulo o dos sin que estos capítulos trataran de algo que ocurría en otro lugar. El grupo estaba viajando con ellos, pero ni se los mencionaba. A ver, esto es cuestión de no agarrar más de lo que cabe en tu mano. Si no puedes llevar bien a tres personajes, no metas seis; pienso que hay que ir con la cantidad con la que uno se sienta cómodo y ya está. Eso de "ah, ¿pero estaba ahí?" también me pasó hace poco mientras leía "Las Crónicas de la Dragonlance" (vaya con el uso de "crónicas" para los títulos). Lo recuerdo a la perfección porque fue este mismo año, y en el segundo libro olvidaron por completo a Tika durante unos dos capítulos. Tuve que volver atrás para cerciorarme de que no la habían dejado por ahí o algo, pero no, había estado allí todo aquel tiempo. Sin embargo, tampoco es bueno pasarse y mencionar la reacción de cada personaje a cada cosa que ocurre; creo que hay que pensar bien cuándo y cómo usar a cada uno de ellos, casi como si fuera una partida de cartas. En fin, si quieres a tus personajes, no los olvides. Ellos no lo harían.

Algo bastante bueno que creo que se puede hacer cuando tienes tantos personajes es separarlos de vez en cuando. Esto sí suele ocurrir en todos los libros y es obvio. Siendo tantos y teniendo diferentes habilidades, es normal que la compañía se divida en determinadas situaciones. Y no solo es normal, sino bueno para la historia... dependiendo de cómo lo hagas. Recuerdo con amargura las separaciones en "Añoranzas y pesares" porque me parecieron cansinas e irrelevantes en su mayor parte; un libro que no volvería a leer, por cierto. Si hay que narrar dos caminos diferentes, que sea por algo, que se le dé la oportunidad de brillar a otros personajes y de desarrollar sus relaciones con quienes lo acompañen si es para algo importante o interesante. No tendría sentido narrar cómo Mari Carmen abandonó a la compañía un momento para comprar pan si lo único que le ocurrió es que además de pan compró zanahorias, wow. Tiene que pasar algo más, digo yo.

Un consejillo que me doy a mí mismo: repartir los diálogos. Que no siempre sean los mismos los que hablen, aunque he de reconocer que mis personajes más tímidos hablan poco... al principio. Si también eres una persona tímida, sabrás que hablas más cuanto más a gusto te sientes con las personas que te rodean; en cambio, callas frente a desconocidos. Para que los lectores no se despisten con los personajes, conviene recordar de vez en cuando quiénes son con palabras breves, pienso yo. En mi cabeza los conozco a todos muy bien y sé quiénes son, pero claro, es mi historia. Aunque en general, no me cuesta recordar quién es quién en cada libro, excepto en el Silmarillion, donde todavía me confundo con Fingolfin, Finarfin y Fingon. (Nota extra: no usar nombres parecidos).

Y ya no se me ocurre nada más que decir. Por supuesto, no siempre cumplo todo esto que me digo a mí mismo, ni siempre lo veo necesario. Es la magia de la escritura, que las verdaderas "reglas" son escasas y siempre puede haber una historia que se las salte y, aun así, te sorprenda.

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