sábado, 31 de diciembre de 2016
Una reflexión de 2015
Aunque sepas lo que deseas, aunque sepas qué
dirección quieres tomar y qué cosas quieres, qué cosas no, siempre habrá una
excepción. No importan las listas de deseos, los sueños de perfección ni los
anhelos, al final, querrás aquello, querrás tener lo que menos esperabas mirar.
Porque no eres tú quien elige, no son tus dedos escribiendo cualidades en un
papel, no son tus sueños despiertos ni las opiniones que te muestran una u otra
opción; tú no eres quien toma esa decisión. Y cuando ves que quieres tener la
pieza que no encaja, cuando sientes que te duele soltarla, cuando crees que lo
menos importante es el puzzle que eres tú y olvidas la perfección, piensas que
sientes amor. Entonces intentas abandonarla, tratas de escoger entre los
argumentos y olvidar por mucho que pesen los recuerdos, pero lo que ignoras es
que pesan tanto por su valor. ¿Para quién tienen tanto valor, dirás? No para
ti, que seleccionas y describes, sino para el corazón. Solo en él está lo que
de verdad quieres, lo que quieres más allá de listas y puzzles, de sueños y
similitudes; más allá de las razones y del sentido común, allá… donde descubres
el puro amor.
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Traducción y análisis "The sound of silence"
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