Animated Turtle

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Así lo escribiría yo - Ser original en la fantasía


«Tengo el don de la escritura», dijo el que también tenía el de la humildad. 


¿Qué es ser original, qué importancia tiene? Eso depende de lo tiquismiquis que cada cual sea. Yo, por suerte, lo soy, ¡y mucho! Pero si dejo la intensidad de lado y soy justo, diría que la originalidad es tratar de evitar en lo posible los elementos creados por otros. Lo que no es posible es evitarlos en cada párrafo, ni siquiera en cada página, por lo que no es bueno obsesionarse con esto de intentar ser original. Las claves de la escritura son muchas, y no solo esta, pienso yo.

¿Cómo intento ser original yo, entonces? Pues para empezar, invento todos y cada uno de los nombres de personajes y ciudades, ya que escribo fantasía. Como lector de este género, no me gusta encontrar nombres comunes; para mí es un punto negativo porque no tiene sentido encontrar nombres de nuestro mundo en otros. Lo siento, pero si tu historia se desarrolla en el reino de Ayhasamiria y el héroe se llama Paco, pues me dará un bajón y seguramente le tendré asco a Paco, al igual que me pasó con Simón en "Añoranzas y pesares". Simón, en serio, vaya mierda de nombre ese nombre me desagradó de tal manera que jamás llegué a apreciar al personaje, aunque no fue solo por eso. Desgraciadamente, crear nombres tiene a veces su complicación, pero yo la prefiero a usar los que otros ya han inventado. ¿Conoces la satisfacción de buscar en Google el nombre que has creado para obtener 0 resultados? Cero resultados entre billones de webs; para mí eso es maravilloso. Sin embargo, muchas veces he inventado un nombre que ya existía, lo cual me ha hecho sentir decepcionado. Aunque siempre que no pertenezca a algo muy conocido o a una empresa (pues podría provocarme problemas legales) lo dejo, aunque jamás toleraría llamar Jack a un personaje importante o Tokio a una ciudad, ugh. 

Así que, ¿cómo invento los nombres? Depende de la historia. Estoy utilizando nombres de deidades y ciudades celtas para la historia que estoy escribiendo en la actualidad. Ojo, no copio esos nombres, sino que uso palabras que tengan sonidos similares o que salgan de la combinación de otras dos. Me sorprendí al leer la lista de deidades de las diferentes culturas celtas, porque vi muchas similitudes con nombres en historias de fantasía... así que no soy el primero en consultar esto. En otra ocasión usé palabras noruegas; traducía "cuchara" o "mesa" de nuestro idioma al noruego y hacía algunos cambios. Espero que esos libros nunca los lea una persona de ese hermoso país, jajaja. Y muy de vez en cuando, los nombres me vienen sin más. Pienso en personajes o ciudades que ya conozco, deseo una palabra que tenga un sonido similar, y ¡puf!

Eso sí, cuando creo una palabra que tenga un sonido similar a una que ya existe, intento no ser descarado. No llamaría Ghondor a una ciudad, la verdad. ¡Eso me parece muy cutre! Me recuerda a "Añoranzas y pesares" otra vez (menuda publicidad le estoy haciendo), donde había una cultura que era una más de tantísimas imitaciones de los vikingos. Bueno, pues una vez uno de los personajes juró por el Martillo de Dror y la verdad es que me hizo mucha gracia. El escritor podría haberlo dejado en Thor, la verdad.

En fin, quería escribir un artículo sobre la originalidad, y ya llevo un montón de párrafos sobre los nombres. Así de maniático soy, dándole importancia a algo tan pequeño que la mayoría de personas que escriben se pasan por el forro. ¡Pero la originalidad no va solo de nombres! Otra de mis obsesiones es pararme siempre a pensar qué esperaría el lector que ocurriese a partir de una situación A o B. Por ejemplo, yo me lo planteo así (teniendo en cuenta que escribo fantasía): 

Situación: Paco se ve rodeado por tres individuos que desean violentarlo. 

¿Cuáles son las opciones obvias? A) Lo violentan. B) Echa a correr y escapa. C) Alguien aparece de la nada y lo salva.

Mi mente piensa: Las opciones A y B son caminos sin aparente salida argumental. La C está muy vista. Debo encontrar una que lleve a algo más.  

Opción D: Uno de los individuos aprovecha que los otros dos están distraídos para atacarlos y los vence con ayuda de Paco. Después le revela su historia y así le da algo que hacer a este tunante.

Mi mente: "Eso es una mierda". ¿Y si tomamos la opción B y mientras huye se tropieza con algo o alguien? De ese modo, si no lo hubieran atacado, no habría huido. Y si no hubiera huido (además de sufrir cosas desagradables) nunca habría conocido a Juanita. 

Y de esta manera empiezo a meditar sobre las situaciones y a hilar, buscando siempre lo inesperado, cosa que ahora no tengo ganas de hacer con un ejemplo tan chabacano, en el que seguramente no me decantaría por ninguna de las opciones que escribí, sino por otra nueva. Me gusta mucho jugar con los "si aquello no hubiera pasado, esto no habría sucedido", incluso cuando se trata de situaciones separadas por centenares de páginas. Siempre intento que todo ocurra por algo, aunque no crea que en la vida real sea así. 

También intento pensar que es normal que lo que escribo me parezca predecible, porque yo soy el autor. Quien esté leyendo no tendrá ni idea, y podría sorprenderse incluso donde yo ni me he esforzado. 

Los finales de las historias son las partes en las que intento ser más original. No me gusta que el final se vea venir, sino que haya un giro o que emerja una posibilidad en la que nadie había pensado demasiado. Como escritor, no me gusta ir dando pistas de todo lo que va a suceder, porque pienso que no tiene sentido contarlo todo si los personajes no lo saben todo

Y en fin, para acabar, también me gusta crear las criaturas (muchas veces me baso en pokemon para esto, jajaja). A veces cohabitan con animales comunes, a veces no; depende de la historia. También me gusta añadir mis propias razas y a veces cambiarles el nombre y ciertas cualidades a las existentes. Jamás tendré hobbits y drows, pero sí alvits y elfos oscuros (un nombre inventado y otro común). Los elfos, los enanos, y los orcos, siempre los dejo tal cual son (al menos en el universo Elder Scrolls), aunque añado variantes. También tendré especies propias, y otras muy poco usadas en lugar de seguir explotando a los minotauros, unicornios y centauros. Lo mismo va con las culturas y diferentes etnias; ¿cuántas habrá ya basadas en los vikingos? Por favor, déjenlos ya en paz, hay muchas más culturas en el mundo esperando a que nos basemos en ellas. ¡Aunque, mejor aún, podemos crear las nuestras! (Habla el que hace poco escribió sobre un pueblo basado en los celtas). 

¡Ah, sí, casi olvido mencionar los títulos de las historias! Jamás usaría "Las crónicas de" o cualquier otra fórmula repetida. Me gusta pensar en cosas cortas y que en mi cabeza suenen bien. 

Hasta aquí el artículo. No sé si mi visión de la originalidad servirá de algo o no, pero me gustó escribir esto. Si a ti también te gustó algo, genial, si no, también. Yo no dicto, solo cuento cómo lo hago. 

Traducción y análisis "The sound of silence"

 Hola oscuridad, mi vieja amiga he venido a hablar contigo otra vez pues una visión reptando discreta dejó sus semillas mientras dormía Y la...